Juan Duarte Martín (1912-1936), nace en la localidad de Yunquera en la provincia de Málaga. Ingresa en el seminario a la edad de trece años. En marzo de 1936 es nombrado diácono en la Catedral de Málaga.
Mostró una personalidad fuerte y decidida tras el estallido de la Guerra Civil española, que colocó a los religiosos católicos como objetivo a batir por parte de los milicianos y revolucionarios.
Es detenido, torturado y asesinado por los milicianos con tan sólo 24 años. Muchos años después, en 2007, es beatificado en Roma.
Vida de Juan Duarte
¿Cuáles fueron sus orígenes?
Juan Duarte Martín nace en la localidad malagueña de Yunquera el 17 de marzo de 1912, siendo el cuarto hijo del matrimonio formado por Juan Duarte Doña y Dolores Martín de la Torre. Su padre era labrador autónomo y de fuertes creencias religiosas, por lo que siempre se sintió muy unido a su hijo Juan, sobre todo después de comunicarle su decisión de entrar en el seminario.
¿Cómo fue su vida antes de entrar al Seminario?
Juan Duarte es bautizado en marzo de 1912 en la parroquia de la Encarnación de la localidad de Yunquera, lugar donde también recibirá la Primera Comunión y posterior Confirmación.
Desde los cuatro o cinco años, Juan Duarte ya mostraba señales de lo que sería su pasión religiosa, ya que pasaba mucho tiempo en casa haciendo pequeños altares y solía jugar con otros niños en la calle haciendo tronos y simulando procesiones.
¿Cómo fue su vida en el Seminario?
Con trece años, para el curso 1925-1926, ingresa en el Seminario de Málaga, en el que se sentía muy cómodo y en el que encontró prácticamente una nueva familia. Su propia familia relataba, que llegaba a contar los días que quedaban para volver al Seminario cuando se encontraba de vacaciones con su familia en el pueblo.
Otra muestra de su vocación y amor por el Seminario se produjo en mayo de 1931, tras la quema de los conventos, disturbios, saqueos y violencia anticlerical contra instituciones de la Iglesia Católica entre el 10 y el 13 de mayo de 1931, unas semanas después de la proclamación de la Segunda República española, fue su padre quien le pidió que no volviese al Seminario hasta que calmase la situación política, sin embargo, Juan Duarte fue uno de los pocos que volvió al Seminario.
Durante sus años en el Seminario, Juan fue considerado por muchos de sus compañeros como un estudiante y seminarista de primera, ya que siempre obtenía máximas en sus distintas calificaciones. En su último año en el seminario acabó siendo prefecto de los seminaristas menores, es decir que se encargaba de su educación.
A mediados de 1935, recibe el subdiaconado, orden anterior al diaconado, y un años después, en marzo de 1936, es ordenado diácono en la Catedral de Málaga.
¿Qué aspectos podemos destacar de su personalidad?
Como muestras de su personalidad podemos destacar su arrojo y valentía, sobre todo en los delicados y convulsos momentos que le tocó vivir tras el estallido de la Guerra Civil española, en julio de 1936, mostrando su continuidad de llevar sotana por las calles hasta el último momento o en su negativa de esconderse en un zulo preparado por su familia. Otro de los aspectos destacados de su personalidad fueron la franqueza a la hora de expresar todo lo que sentía y no guardarse nada para sí mismo, ni ceder ante nada. Probablemente fuese este uno de los motivos por el que los milicianos se ensañaron tanto con él.
¿Cómo fueron sus últimos momentos?
Tras ser delatado por algún vecino, es detenido el 7 de noviembre de 1936 por un grupo de milicianos, llevado a la comisaría y desde ahí hasta la localidad de El Burgo (Málaga), junto a dos compañeros que acabaron siendo martirizados. Sin embargo, Juan Duarte es trasladado hasta Álora (Málaga) y encerrado en el calabozo municipal donde es sometido a tortura en las que se le intentaba forzar a blasfemar contra su religión católica, sin éxito alguno. Dichas torturas consistían en palizas diarias, descargas eléctricas y paseos por el municipio para ser humillado delante de los vecinos. Muchos de estos vecinos, ante tal sufrimiento, intentaron hablar con él para que cediese. El maltrato físico y psicológico continúo con el intento de ser seducido por una mujer joven y su posterior castración con una navaja por uno de los milicianos.
Finalmente, el 15 de noviembre de 1936 es llevado al Arroyo Bujía, cerca de la estación de Álora. Es allí donde lo tumban en el suelo y con un machete lo abren en canal, lo llenan de gasolina y le prenden fuego. Tenía sólo 24 años.
Al año siguiente, su familia viaja hasta Álora para exhumar su cuerpo que había sido enterrado por los vecinos a poca profundidad. Es trasladado al cementerio de Yunquera el 3 de mayo de 1937, trasladado a la iglesia parroquial el 17 de noviembre de 1985 y finalmente beatificado el 28 de octubre de 2007 en Roma.
Juan Manuel López
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